jueves, 24 de noviembre de 2011

La crisis deja sin hogar a más de un centenar de familias malagueñas

 

MÁLAGA

Unas 250 personas duermen en las calles de la capital, donde la Puerta Única ha atendido a más de 2.000 'sin techo' este año
 
 
La crisis deja sin hogar a más de un centenar de familias malagueñas
El número de personas que pasan las noches al raso va en aumento. :: JAIME GALLARDO
No salen, salvo contadas excepciones, en la prensa ni en la televisión, pero sus historias seguramente son dignas de varios reportajes. Cuando llega la noche, el frío suelo de un portal o de una entidad bancaria se convierte en colchón y un puñado de cartones hace las funciones de edredón... aunque hay que echarle mucha imaginación. Solo en la capital, unas 250 personas duermen cada noche en la calle, muchas de ellas víctimas de la crisis económica, que ha dejado sin hogar a más de un centenar de familias malagueñas, según los datos ofrecidos ayer por las entidades que colaboran con el centro de atención Puerta Única que este año ha asistido a 2.063 'sin techo' (hasta el 15 de noviembre).
Las cifras no dejan lugar a las dudas. La pobreza avanza a pasos agigantados -según Cáritas, hay 50.000 familias sin recursos en la provincia- y la imagen de indigentes deambulando por la vía pública se está convirtiendo en una estampa habitual en Málaga, algo contra lo que la Agrupación de Desarrollo para Personas Sin Hogar, que gestiona la Puerta Única, quiere luchar. Así, la decena de entidades que forman parte de este proyecto -Arrabal, ACCEM, Cruz Roja, Religiosas Adoratrices, asociación benéfica Patronato Santo Domingo, Cáritas Diocesana de Málaga, Centro de Acogida Municipal del Ayuntamiento de Málaga, Centro de Acogida San Juan de Dios y Málaga Acoge-, han aprovechado la celebración del Día de los Sin Techo, el próximo 27 de noviembre, para insistir en la necesidad de sacar de la invisibilidad esta realidad.
«No podemos acostumbrarnos a ver a gente dando tumbos y que nos deje indiferentes», apuntó ayer en la sede de Cruz Roja el concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, Francisco Pomares, durante la presentación de la campaña de sensibilización de Cáritas, que, bajo el lema 'Todos somos ciudadanos. Nadie sin hogar', se centra en denunciar la discriminación que sufren los 'sin techo' y que les limita el acceso a derechos fundamentales como la asistencia social y la tutela efectiva de jueces y tribunales, como resaltó Pomares, que aclaró que «son derechos, no regalos».
 
Lo han perdido todo
Entre los más de 2.000 ciudadanos que ha atendido hasta este mes la Puerta Única, de titularidad municipal, se encuentran 118 familias que lo han perdido todo. En su mayoría se trata de mujeres con personas a su cargo «que se han quedado en la calle por una separación o por no poder pagar el alquiler», apuntó el edil, que especificó que estos casos se tratan con urgencia: «No podemos permitir que una mujer o un niño se queden en la calle. Hacemos lo que haga falta para evitarlo». Normalmente se derivan a un piso tutelado y, en su caso, se procede a escolarizar al menor, como señala María Delia Abbate, de la asociación Arrabal. A los adultos «les ofrecemos asesoramiento laboral, legal y social, así como recursos para mejorar su empleabilidad y que puedan reinsertarse en la sociedad lo antes posible». Sin embargo, la crisis está haciendo que estos procesos sean más largos. «Normalmente dejamos a las familias unos seis meses en el piso, salvo excepciones», afirma Carolina Cueto, de ACCEM, que trabaja con inmigrantes y asegura que el porcentaje de éxito es bastante alto.
El 57,7% de las personas asistidas por las organizaciones sociales en la capital son extranjeras, frente aun 42,3% de españoles. La mayoría son hombres (82,10%) que tienen entre 36 y 55 años, aunque el 39,1% de los demandantes de ayuda tienen entre 18 y 35 años, lo que indica que «desde edades muy tempranas entran en el círculo de la pobreza y exclusión», como afirmó ayer el director de Cáritas en Málaga, Francisco José Sánchez, que apuntó que se están encontrando con casos de extranjeros que vinieron a la Costa del Sol hace años a disfrutar de su jubilación y que hoy se encuentran en la calle «por adicciones, problemas familiares...».
Ante unas cifras preocupantes, Francisco Pomares lanzó un mensaje de optimismo: «Hemos visto a la gente salir y sabemos que es posible. Con medios, esfuerzo y seriedad lo conseguiremos». Se trata de no cerrar los ojos.