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Málaga cierra el año con más de 133.000 personas en las listas del paro, según los últimos datos publicados de noviembre. Algunos, acaban de perder su trabajo y se estrenan en la cola del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para pedir la prestación por desempleo. Pero otros son ya viejos conocidos de los funcionarios de las oficinas del SAE. Cada tres meses, acuden a la misma ventanilla para sellar la cartilla del paro sin que en este tiempo hayan conseguido ningún contrato. Pero, ¿qué pasa si a un trabajador se le acaba el tiempo que le corresponde recibir la prestación contributiva por desempleo, que establece un periodo máximo de dos años, y en esos meses no ha encontrado un trabajo?
El Inem establece otros dos tipos de ayudas para estos casos: el subsidio por desempleo y la renta activa de inserción. En total, 41.286 malagueños reciben alguna de estas subvenciones actualmente, un 51% más que en la misma fecha en el pasado año, cuando pedían estos cobros 19.860 malagueños. Durante los últimos doce meses, las cifras de solicitantes de estas ayudas han ido multiplicándose de forma paralela a los que pedían la prestación contributiva.
«La razón de este incremento tan importante es que los desempleados terminan los 24 meses de prestación de desempleo pero aún no han encontrado trabajo por la situación de crisis y porque, al aumentar el número de parados, crece también la competencia a la hora de buscar un nuevo puesto y tardan más tiempo en salir del paro», indica Fernando Murillo, director del Inem en Málaga.
Agotar el paro
El subsidio por desempleo se establece para aquellas personas que han agotado la prestación contributiva, además de para ex presidiarios, emigrantes retornados, mayores de 52 años que hayan cotizado al menos seis años, haber sido declarado capaz o inválido parcial en una revisión de la situación de invalidez, o personas que han sido despedidas pero no tienen derecho al paro porque no han cotizado el mínimo de un año. «Actualmente, 37.086 malagueños cobran el subsidio por desempleo cuyo importe depende de las responsabilidades familiares del demandante y que establece un periodo mínimo de seis meses prorrogable a un máximo de 24 meses», indica Murillo.
Por su parte, la renta activa de inserción se establece para personas con especiales dificultades, económicas o sociales, para encontrar un trabajo, es decir, para víctimas de la violencia de género, mayores de 45 años o ser desempleado de larga duración. Según Murillo, actualmente cobran esta ayuda 4.200 malagueños y su tiempo máximo es de once meses. El subsidio por desempleo y la renta activa por inserción no son excluyentes, es decir, que se puede pasar de uno a otro si se reúnen los requisitos.
Dificultades de colocación
En la calle, las dificultades para encontrar un trabajo están en boca de todos. «Con tantas personas en el paro, acudimos a la entrevista para el mismo puesto de trabajo un montón de personas, pero claro, no nos pueden coger a todos», indica Susana Gómez, que se quedó en el paro hace un año y medio. «Lo que demuestran estas cifras es que la crisis empezó hace mucho, porque todos los que ahora piden las ayudas que hay después del paro son los que se quedaron en la calle los primeros, que aún no han podido encontrar una salida», asegura Juan Gómez, un albañil al que despidieron de una empresa de construcción este verano.
Las últimas cifras tampoco llaman precisamente a la esperanza. El pasado mes de noviembre, se sumaron al paro 40.000 nuevos trabajadores, la mayoría provenientes de los sectores de servicios y construcción. Además, se destruyeron un total de 8.151 empleos, es decir, una media de 271 contratos por día. Estas cifras suponen un 43,4% más de desempleados que en el mismo periodo del pasado año y un 6,9% más que en el pasado mes de octubre, situándose la cifra de parados, a la espera a principios de enero de una nueva revisión, en 133.721 malagueños.
