martes, 9 de diciembre de 2008

LOS PEQUEÑOS

El pequeño Carlos Araujo cumplió ayer nueve años. Ya está hecho un hombrecito, así que sus padres pensaron que para celebrarlo, qué mejor que organizar una tarde de cine y merienda con todos sus amigos. Dicho y hecho, este chico fuengiroleño invitó a sus compañeros al estreno de 'Bolt', lo último de la factoría Disney, antes de pasar el resto de la tarde en un 'burguer'. Hasta ahí, todo normal. No era más que un cumpleaños en el que una veintena de críos no paraban de corretear. Pero faltaba algo: los regalos. Pese a ello, Carlos estaba de lo más tranquilo. «Es que mi cumpleaños es solidario», comentó. Su madre, Sonia del Valle, es una de las promotoras de este curioso invento que lleva cinco años en marcha en Fuengirola, consistente en que, en vez de recibir una lluvia de obsequios, cada uno de los invitados introduce en una urna el dinero que tenía previsto gastarse en el regalo, una suma que posteriormente se entrega a alguna ONG. En el caso de ayer, la beneficiaria fue la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que destinará el montante recaudado al mantenimiento de los pisos de acogida para niños oncológicos que reciben tratamiento en el Hospital Materno Infantil y sus familiares.
De momento, la experiencia está dando unos resultados más que satisfactorios, ya que cada año se recaudan unos 5.000 euros (unos 250 euros por celebración), tal y como explicó ayer Paqui Guerrero, miembro de la junta comarcal de la AECC en Fuengirola, Mijas y Benalmádena. Durante el pasado año, fueron alojados 156 niños enfermos de cáncer, procedentes de distintos municipios de Málaga y de otras provincias andaluzas e incluso Ceuta y Melilla. Una ayuda que a partir de ahora van a superar con creces, ya que a los dos inmuebles con los que cuentan junto al Materno hay que sumar otros ocho que ha donado un particular, de los cuales cuatro ya están amueblados para dar cobijo a estos niños y a un familiar, a los que se les presta atención psicológica, además de clases particulares para que no pierdan el curso y, en casos más extremos, alimentos y ropa. «Se trata de personas con pocos recursos que no se pueden permitir estar varios meses yendo y viniendo cada día hasta Málaga ni mucho menos pagarse un hotel», comenta Guerrero.
Pequeño paso, gran ayuda
Pese a que pueda parecer lo contrario, Carlos y sus amigos no son ajenos a la importancia que para otros niños de su edad tiene este pequeño sacrificio. «Nosotros ya recibimos muchos regalos durante todo el año, así que no me importa porque sé que vamos a ayudar a gente a la que le hace falta», afirma Laura Moreno, que a sus 12 años tiene bastante claro el significado de los cumpleaños solidarios.
En ello tiene mucho que ver su madre, María José Orts, que siempre ha intentado hacerle ver que es «una privilegiada y que hay otros niños con carencias y, lo que es aún peor, con problemas de salud». Éste es el mensaje que tanto María José como Sonia quieren transmitir desde hace cinco años tanto a sus hijos como a todos los padres que conocen. «Hasta mi cumpleaños es solidario», añade Sonia, que lleva toda la tarde poniendo orden entre los más pequeños. Por lo general, el resto de progenitores aplaude esta iniciativa, aunque también hay quienes ponen reparos, de ahí que a cada uno se le entregue una copia del ingreso realizado en la cuenta.