La especulación acaba con el 42% de las explotaciones agrícolas en una década
Según los datos del INE la superficie agraria utilizada en la provincia pierde durante la pasada década un 16% de las hectáreas
JAVIER GALLEGO. MÁLAGA Las tierras de la provincia ya no tienen el mismo aspecto que presentaban antes. El volumen de cultivo se reduce año tras año en lo que parece un irrefrenable proceso de desaparición que en una década ha acabado con el 42 por ciento del mercado agrícola malagueño.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el número de tierras dedicadas al cultivo en el año 1999 alcanzaba las 45.753 explotaciones, mientras que diez años después, en 2009, este número se ha visto reducido a 26.140 explotaciones.
Lo mismo ocurre con el tamaño de las fincas. Las cifras del INE hablan de una reducción de terreno dedicado al cultivo del 39,8 por ciento, desde las 615.457 hectáreas ocupadas en el año 1999 a las 370.052 hectáreas que se dirigían al sector primario en 2009.
Este panorama tan desesperanzador para el futuro del sector sorprendían a la asociación profesional de agricultores y ganaderos Asaja. Para Baldomero Bellido, uno de sus técnicos en la provincia, las cifras del INE que revelan la caída de las explotaciones no le parece que corresponda demasiado con la realidad.
Los números que manejan en la asociación se asemejan más a los datos del mismo organismo correspondientes a la Superficie Agraria Utilizada (SAU) que en Málaga ha bajado un 16 por ciento en una década.
Con este porcentaje, Bellido si que considera que los agricultores malagueños «han abandonado los cultivos menos rentables como la viña o el olivar» además del cultivo de la almendra «que hace ya tiempo que dejó de dar beneficios».
En cualquier caso, el técnico de Asaja aclara que la agricultura en Málaga está «atomizada», es decir, que «tenemos muchos pequeños agricultores», por lo que «necesitamos políticas de mercado que permitan a éstos vivir de sus cosechas».
Este reclamo se dirige concretamente al «control que ejercen las autoridades a los agricultores», exigentes, pero que «falta al final de la cadena del mercado», en referencia al precio del producto.
En esta misma línea se expresaba el secretario general de la Unión de Pequeños Empresarios Agricultores (UPA) en la provincia, José Gámez, afirmando que «dentro de la cadena del mercado agrícola existen eslabones que no hay manera de romper, por lo que los consumidores cada vez tienen que pagar más por los productos y los agricultores cada vez cobran menos por sus cultivos».
En este sentido, «estamos perdiendo dinero en la producción» y se hace difícil «mantener una alta calidad en los productos que ofrecemos al público».
Por ello, Gámez asegura que «es necesario mantener las ayudas que ofrece la Unión Europea», las cuales, «tememos que vayan a bajar» este año por la crisis y la entrada de nuevos países a la Unión, «que parten desde una posición más desfavorecida», lo que hace que «perdamos en el reparto de ayudas».
Asimismo, el secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Juan Antonio García, denuncia que «los mercados están en manos de un puñado de grandes empresas» por lo que «la especulación de los productos agrícolas es muy grande».
Desde un congreso de agricultores que se está celebrando en Austria y en el que se han reunido representantes del sector de 40 países, García pide «que cada país produzca para su mercado interno y que no se trate a los productos agrícolas y ganaderos como mercancía especulativa».
El representante de COAG, anima además a los malagueños a que «compren productos autóctonos de la tierra» como los aguacates o las almendras y que «se fijen bien de dónde vienen antes de comprarlos».
La ganadería baja casi el 12% en diez años
El recuento del INE de unidades ganaderas muestra una caída en la provincia durante la pasada década del 11,8 por ciento desde las 171.856 cabezas de ganado en 1999 hasta las 151.451 en el año 2009. Este descenso ha sido más moderado que en el sector agrícola aunque el técnico de Asaja Baldomero Bellido considera que «la ganadería malagueña está desapareciendo día a día».
Por su parte, el secretario provincial de COAG, Juan Antonio García, afirma que «la ganadería ha bajado por la caída del precio del producto y la subida de los piensos».
«La leche de cabra ha bajado el precio, el porcino igual y al cordero le han hecho mucho daño las importaciones», de manera que «una pieza de cordero de diez kilos que hace años se vendía a 60 euros ahora se ha reducido a unos 35 euros».
Pero, según el INE, no todo el ganado ha caído en la provincia; la ganadería equina ha visto crecer su número en un 44 por ciento.
Para García esto se explica porque «los caballos no es un producto ganadero si no de las clases más pudientes». «Con el boom inmobiliario se compraron muchos caballos pero con la llegada de la crisis la gente ya no los puede mantener».
Las cifras
Los titulares de las parcelas desciende junto con el negocio
Muestra de que la agricultura malagueña está atomizada es que el número de titulares de las explotaciones baja al mismo ritmo que el terreno dedicado al negocio. De esta forma, en una década los dueños de las parcelas han descendido el 42,6%
Los trabajadores descienden de manera más moderada
Las unidades de trabajo al año no ha caído tanto como el número de explotaciones, en este caso, los 25.594 trabajadores que registra el INE en 1999 bajan diez años después el 19,6%, hasta los 20.568 unidades.
Los asalariados fijos crecen
Es el único porcentaje que sube en diez años, de los 1.801 empleados fijos en el sector en 1999 a los 2.044 trabajadores en 2009; el 11,8% más.
Las mayores caídas agrícolas
Los productos agrícolas más perjudicados en la pasada década son los cítricos, la viña, el olivar y los cereales, que han sufrido varios bajones de producción en los últimos años.
El ganado equino crece el 44%
Junto con las aves, es el único ganado que han crecido en la provincia. Este fenómeno se debe al crecimiento económico que ya ha desaparecido.
