lunes, 26 de noviembre de 2007

La Iglesia de Málaga, clave en el camino hacia la democracia

 
 

El próximo jueves, 6 de diciembre, los españoles celebramos el Día de la Constitución. Se cumplen 29 años de la aprobación en referéndum, con un 87 por ciento de los votos, de la norma suprema del ordenamiento jurídico español: la Constitución Española.

 
 
Portada diario Sol de España, 31 de agosto de 1973

Portada diario Sol de España, 31 de agosto de 1973

La gran mayoría de esos millones de votos, pertenecieron, entonces, a cristianos que vieron en el desarrollo democrático de España la mejor opción política para construir un futuro en paz y libertad, de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia. Pero el apoyo de la Iglesia a la transición democrática no se quedó sólo en el apoyo que, muerto Franco, dieron millones de católicos con su voto.

Mucho antes, y a nivel institucional, fueron también muchos los curas, religiosos, movimientos laicales y seglares malagueños que ofrecieron su apoyo en todos los sentidos al movimiento social que logró el cambio de régimen.

Anselmo Ruiz, actual director de Cáritas Diocesana de Málaga, representante sindical y militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica, vivió en primera persona la lucha por el advenimiento de la democracia durante los años de la transición. En su opinión, "La Iglesia fue, sin duda, la institución que más ayudó a los distintos movimientos sociales que abogaban por una concepción democrática del Estado. Ayudó cediendo locales para la celebración de reuniones y encuentros políticos (cuando estaban prohibidos) y, sobre todo, aportando jóvenes preparados en el seno de los movimientos obreros cristianos".

De aquellos tiempos, recuerda las reuniones en parroquias como las de San Ignacio, Portada Alta, Miraflores, Carranque o La Palmilla y la presencia activa y militante de miembros de Acción Católica o la desaparecida sección obrera de los Misioneros de la Esperanza.

Para Anselmo Ruiz, "muchos de los líderes políticos malagueños de aquel entonces fueron formados en medios eclesiales. Este fenómeno ocurrió tanto en Málaga como en el resto de España. Esa formación sobre la base de la doctrina social de la Iglesia se notó en gran medida en la transición. La clase política actual no tiene esa altura. Con los políticos que tenemos hoy en día no habría sido posible la transición".

Con respecto a la imagen que algunos tratan de vender de una Iglesia cerrada al cambio, inmovilista y aferrada al régimen anterior, Anselmo reconoce que "existía una parte de la Iglesia muy instalada. Hay que tener en cuenta que el Concilio llegó poco y sólo a través de ciertos resquicios, aunque había obispos como el cardenal Tarancón o nuestro propio D. Ramón Buxarráis que se mojaron y se enfrentaron al régimen anterior en favor de la libertad".

Anselmo recuerda, por ejemplo, la negativa de D. Ramón a cumplir la orden del Gobernador Civil para desalojar a los más de 2.500 trabajadores de Intelhorce que se encerraron en la Catedral malagueña. "El problema de que hoy no se nos tenga en cuenta esta labor es que la Iglesia no quiso ser protagonista, ni estar en primera fila.

Su papel, eso sí, no sólo fue importante, sino crucial para que hoy disfrutemos de una constitución y de un régimen democrático".