miércoles, 14 de julio de 2010

Aprendiendo a cuidar



 
Inmigrantes acceden al mercado laboral a través de un taller de empleo para atender a personas dependientes
13.07.2010 -
AMANDA SALAZAR
MÁLAGA.
 
Aprendiendo a cuidar
Alumnos del taller, provenientes de diez nacionalidades distintas, practican para cambiar las sábanas con una persona dependiente. :: A. CABRERA
 
La mayoría ya tiene experiencia en la atención a ancianos. Pero les falta la teoría y una titulación que acredite sus conocimientos. Un total de 18 inmigrantes extracomunitarios de diez nacionalidades distintas aprenden a cuidar a personas dependientes en el taller de empleo Calidad de Vida e Integración Laboral que el Servicio Andaluz de Empleo realiza a través del sindicato UGT.
La Ley de Dependencia exige mayor profesionalización de los cuidadores, según recuerda Juana del Moral, la directora de este curso pionero en Andalucía. «Una gran parte de los cuidadores de las personas dependientes son inmigrantes; pueden acreditar muchos conocimientos prácticos, pero no disponen de cualificación y su situación laboral es muy precaria», explica Del Moral. El taller pretende mejorar las condiciones de estas personas.
Christiana Nowkeji es nigeriana. Vive en España desde hace diez años y ha tenido dos contratos como cuidadora de ancianos. Dice que lo más básico no se aprende en los libros, pero que en el curso se está formando en otras cosas a las que ella no les daba importancia pero que pueden dar más calidad a su trabajo. «No sólo nos enseñan a realizar labores de aseo personal o de alimentación; nos enseñan a motivarles, a tener paciencia, hablar con ellos, a fomentar sus capacidades...», indica.
En el taller, uno de los puntos fuertes es la cocina española, uno de los asuntos de la vida cotidiana que más conflictos genera. «No les gustan nuestras recetas, pero nosotros no sabemos hacer un puchero, así que tenemos que estudiarlo porque si no no comen bien», dice María Campos, de Ecuador.
Jorge Cortés enseña a los alumnos los conceptos de la calidad de vida, donde no sólo es importante que estén bien atendidos físicamente, sino psicológicamente. La comunicación, el cariño y tenerlos en cuenta les sube la autoestima y es tan importante como asearles o tener limpia la casa. «Aunque nosotros les estamos aportando conocimientos nuevos, ellos también nos enseñan cosas; para los inmigrantes es incomprensible, por ejemplo, que la familia no pueda ocuparse de sus ancianos y contrate gente externa, porque sus culturas tienen una visión más respetuosa del mayor», dice Cortés.
 
Formación general
El taller de empleo consta de dos módulos: uno de atención domiciliaria y otro de atención geriátrica. El objetivo es que los alumnos salgan preparados para atender a personas dependientes en residencias para la tercera edad o en el propio domicilio. Además, parte de las horas de estudio se dedican a estudiar para obtener el graduado en ESO, mejorar los conocimientos orales y escritos de español o aprender a utilizar el ordenador. El objetivo es poder facilitarles un contrato en prácticas cuando terminen el curso. «Creo que es una oportunidad para poder encontrar un empleo», señala Hasna Lamsyam, marroquí. «Además, conocemos a compañeras de todo el mundo», dice. Un aliciente más para participar.