sábado, 24 de julio de 2010

Respeto y libertad entre rejas

[http://www.malagahoy.es/article/malaga/754401/respeto/y/libertad/entre/rejas.html]
 

Respeto y libertad entre rejas

Un total de 79 presas en Alhaurín han firmado un pacto de convivencia, limpieza y diálogo · Sólo cinco reclusas se han negado a ingresar en el Módulo de Respeto

Ismael Rodríguez / Málaga | Actualizado 24.07.2010 - 01:00
 

Presas de Alhaurín realizando un taller contra la violencia en el que tratan de conocer defectos y virtudes de cada una.

 
Talleres de costura y diseño, peluquería, ejercicio físico o ayudar en la cocina. Cualquier actividad es buena para tratar de hacer más llevaderas las largas horas de quienes cumplen condena en la prisión de Alhaurín el Grande.

El centro penitenciario provincial cuenta desde ahora con el Módulo de Respeto para mujeres en el que las reclusas se comprometen de manera voluntaria a acatar una serie de normas de convivencia y buenos hábitos con el objetivo de normalizar lo máximo posible la convivencia .

Testigo de la puesta en marcha de este programa fue la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que visitó ayer las instalaciones del módulo que las mismas presas han acondicionado, como parte del acuerdo para mejorar la coexistencia dentro de la cárcel. "Se ha hecho un trabajo extraordinario en muy poco tiempo, gracias a la implicación de todo el personal del centro y de las propias internas", dijo Gallizo durante su visita, al tiempo que aseguró que "no es que este tipo de actuaciones bajen la conflictividad en el centro, sino que prácticamente desaparece".

Las actividades que se llevan a cabo dentro de la prisión ayudan a las internas a evadirse y dejar de pensar en su complicada situación, tal y como explicaba Soraya Juárez, encargada de lavandería, "se me pasan los días volando". Soraya, de 20 años , lleva uno privada de libertad por un delito contra la salud pública y asegura que intenta "luchar el día a día trabajando para salir pronto de aquí".

En toda España hay un total de 113 Módulos de Respeto, lo que supone que el 20% de los presos disfrutan del régimen de celdas abiertas, según Gallizo, quien aseguró que la meta es llegar al 50%.

Una de las claves de estos módulos es aprovechar los conocimientos de cada recluso para ayudar al resto de los compañeros, al tiempo que obtienen hábitos de conducta fundamentales, algo que supone la mejora de la relación entre internos y funcionarios, con unos resultados "extraordinarios". Gallizo indicó que se trata de un esquema de trabajo que debe servir para todo el mundo "facilitando a los internos una vida normal dentro de la prisión, además de educarlos en el ejercicio de la responsabilidad".

De entre todo el catálogo de actividades que oferta el centro, la posibilidad de realizar ejercicio físico libremente es una de las más valoradas, según explicó Alejandra Pons, que ya ha cumplido cuatro años y tres meses de una condena por secuestro: "Me desahogo con el deporte y así no pienso tanto, porque aquí dentro se piensa mucho". No obstante, uno de los talleres más números es el de peluquería, al que asisten 15 reclusas. "El módulo se ve más alegre, más organizado", afirma Gloria Cardona mientras pinta el pelo de una compañera, aunque confiesa que "lo que esperamos con más ganas son los permisos".

Hay quienes durante su periodo de reclusión optan por estudiar o acceder a un título de formación, que además de mantenerlas ocupadas les reporte algún tipo de beneficio cuando concluya su pena, como Carmen Díaz, que en 2008 realizó junto a otras compañeras un curso de costura de nueve meses. Entre patrones y telas asegura que "preferimos estar aquí antes que en el patio".

Se trata en definitiva de un proyecto no exento de complejidad, ya que al existir un único módulo, la tensión y los conflictos están más latentes por la masificación, diversidad y heterogeneidad en el perfil de las mujeres, según afirmó el director del centro, Juan Antonio Marín.