sábado, 12 de diciembre de 2009

Los sindicatos avisan de que no aceptarán reducción de salarios para crear empleo

Los sindicatos avisan de que no aceptarán reducción de salarios para crear empleo

CC OO y UGT insinúan una huelga general si la salida de la crisis pasa por precarizar el trabajo o abaratar el despido

13.12.09 - 02:45 -
 
Los sindicatos dejaron claro ayer que no aceptarán «atajos» en la creación de empleo que pasen por la precarización de los contratos y de los salarios o por el abaratamiento del despido. Ese fue el último y rotundo mensaje en una multitudinaria manifestación que recorrió el centro de Madrid y en la que CC OO y UGT cargaron de forma muy dura contra la patronal y el sistema financiero.
Los líderes de ambas formaciones, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, subrayaron la necesidad de repartir de forma justa y equitativa el impacto de la crisis, y dejaron en el aire una eventual huelga general si los derechos de los trabajadores se ven mermados en el intento de llevar la economía al crecimiento.
En definitiva, si la reforma laboral que se avecina no se libra de las «viejas recetas» defendidas hasta ahora por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o el Ejecutivo cede lo más mínimo ante los patronos, los sindicatos elevarán el grado de su protesta. «Nosotros no amenazamos, pero si eso sucede sería la puerta de entrada por la que llegar mucho más rápido a un conflicto social y laboral muy distinto al de hoy», señaló Toxo, quien añadió que los sindicatos «actuarán en correspondencia a las políticas que se pongan en marcha en el futuro más inmediato».
«Nos excitan cuando atacan a la clase trabajadora y a los sindicatos; quieren volver al pasado y no se van a salir con la suya», sentenció Cándido Méndez en alusión a «una minoría» -dijo- a la que los sindicatos no van a permitir «que se aproveche de la crisis». El líder ugetista aseguró que la manifestación marcará «un antes y un después». A su juicio, «ya no se puede apretar más la tuerca de los trabajadores». CC OO y UGT aseguraron que la convocatoria fue seguida por cerca de 200.000 personas. Cifra que contrasta con las 32.921 que contabilizo el sistema Lynce.
Entre las pocas alusiones al Gobierno, pues el grueso del discurso tuvo otros destinatarios, los sindicatos recordaron a José Luis Rodríguez Zapatero varios de sus compromisos. En concreto, el de dignificar el salario mínimo interprofesional (elevarlo a 800 euros esa legislatura y al 60% de lo negociado de media en los convenios en las dos siguientes) y el de integrar el régimen especial de los trabajadores agrarios con el general de la Seguridad Social.
Cándido Méndez apuntó que la prioridad ahora no debe ser la lucha contra el déficit puesto que «lo primero son las personas». «El Gobierno debe anteponer y mantener las inversiones y las garantías de protección social», dijo. Se trata, añadió, de restaurar la confianza «que es la hermana de la justicia y la equidad». Los sindicatos insistieron en la necesidad de cambiar de modelo ante el derrumbe de una estructura, la actual, basada en la precariedad y la temporalidad laborales «que se ha venido abajo como un castillo de naipes en el primer envite».
Desde el Ejecutivo, el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, aseguró que la manifestación «no va a pasar desapercibida para el Gobierno». Blanco, que clausuró el VII congreso federal de la Unión de Pequeños Agricultores, reafirmó su deseo de «salir todos juntos de esta crisis y a través del diálogo social» y subrayó el empleo de calidad como vía para alcanzar «un horizonte de futuro, que permita salir cuanto antes de esta crisis, sin que nadie quede abandonado en la cuneta».
Junto a las cargas de profundidad para empresarios y banqueros, a los que reprocharon la falta de crédito a familias y empresas frente a unas primas «indecentes», los sindicatos reiteraron que la manifestación pretendía servir para retomar el diálogo social. Eso sí, matizaron, antes los patronos deben cumplir con los convenios de este año. Si eso ocurre, CC OO y UGT se sentarán a negociar un pacto guía que rija los convenios colectivos de los próximos años «que ponga la vista en el mantenimiento del poder adquisitivo». Condiciones indispensables para que, después, se pueda hablar de reforma laboral.
En todo caso, el punto de partida de ambas formaciones pasa por un giro que modere los beneficios empresariales o dirija los excedentes a la creación de empleo seguro y estable. «La recuperación no será plena hasta que logremos esto», dijo Toxo. Méndez explicó que en el corto plazo los sindicatos van a exigir medidas de fomento del empleo juvenil y alternativas como la reducción de jornada para evitar que aumente la sangría del paro.
«Protección del empleo sin rebajar salarios, ya que otra cosa no generaría sino más parados», aseguró el secretario general de UGT, quien abogó por erradicar los 'despidos express' «instaurados por Aznar» y romper con el maridaje entidades financieras-sector inmobiliario. Los sindicatos no se olvidaron del Banco de España y, en concreto, de su Gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a quien acusaron de ser cómplice de «un delito moral» al respaldar alguna millonaria indemnización protagonizada recientemente por un banquero.
 
Pirómanos
José Miguel Monzón (el 'Gran Wyoming'), presentador-conductor del acto de clausura de la manifestación, tuvo ácidas palabras para la patronal. Sin citar a CEOE de forma expresa, Monzón criticó «la voracidad desmedida de los que ahora pretenden imponer el abaratamiento del despido con soluciones que sólo les benefician a ellos».
«Son pirómanos para apagar un fuego; no dudarán un volvernos a meter en la misma crisis», concluyó no sin antes señalar que si la manifestación hubiera sido contra el aborto «dirían que estamos 14 o 15 millones de personas hoy aquí».
Las actrices Asunción Balaguer y Pilar Bardém -que recibió algún que otro pito por parte de los asistentes- leyeron un manifiesto con las doce reivindicaciones que junto al lema central («Que no se aprovechen de la crisis. El trabajo, lo primero. Por el diálogo social») daban sentido a la marcha sindical.