sábado, 24 de enero de 2009

El empuje de las mujeres saca a flote a familias en crisis

La destrucción de empleo masculino deja en manos femeninas las riendas de la economía doméstica en miles de hogares de la provincia Ellas suelen ser las que acuden a solicitar apoyo a los servicios sociales porque sus parejas se avergüenzan
25.01.09 -
 
El empuje de las mujeres saca a flote a familias en crisis
El paro femenino se incrementó en diciembre un 42% frente al 63% del desempleo masculino debido a la crisis en la construcción. / JOSÉ MARTÍN
El paro se ceba con el sector masculino, pero sus consecuencias recaen sobre hombros femeninos. Diciembre cerró en Málaga con 138.571 parados, de los que 72.232 son hombres y 66.341, mujeres. Proporcionalmente, el paro ha crecido más en el sector masculino, con un incremento desde enero de 2007 del 63% frente al 42% de crecimiento del desempleo femenino. Por primera vez, la tasa de desempleados de los varones supera a la de las mujeres, aunque con cifras tan altas, este equilibrio entre sexos, tan perseguido durante los últimos años por los sindicatos, no es ni mucho menos para felicitarse.
Pero, ¿qué ocurre en estas familias en las que el hombre, proveniente sobre todo de sectores como la construcción o los servicios, se queda sin empleo? Según las fuentes consultadas, en numerosas ocasiones son las mujeres quienes sostienen la economía familiar gracias a su empleo o ingresando en las listas del empleo sumergido para poder llevar dinero a casa.
Así lo confirman desde la Secretaría de la Mujer de CC.OO., donde indican que, a pesar de no tener aún cifras registradas, en el día a día de su trabajo perciben que actualmente son muchas las mujeres que soportan la economía familiar como consecuencia de la crisis económica. «Sobre todo se da esta circunstancia en los hogares en los que el hombre tenía un empleo relacionado con el ladrillo con un buen sueldo y ella trabajaba por horas para completar ese salario en el sector servicios o como empleada doméstica; ahora, sin embargo, esa nómina menor de la mujer se ha convertido en la principal y, en ocasiones, en la única, sobre todo cuando al marido se le acaba la prestación contributiva por desempleo», asegura Victoria Rodríguez, secretaria de la Mujer de CC.OO. quien recuerda que cuando se termina la prestación contributiva, los desempleados pueden solicitar otro tipo de ayudas al INEM si reúnen una serie de requisitos, como tener familia a su cargo.
Según los últimos datos de la Sociedad de Planificación y Desarrollo (Sopde) de la Diputación de Málaga, sólo en uno de cada cuatro hogares malagueños es la mujer la que cobra más que el hombre. Pero este dato está cambiando a consecuencia de la desaceleración económica.
Salarios más bajos
Aunque esta modificación no significa que la mujer mejore sus condiciones laborales. «Las trabajadoras siguen cobrando lo mismo que antes, es decir, mucho menos que sus compañeros varones desarrollando la misma función; lo que pasa es que circunstancialmente es ahora ella quien asume las riendas de la economía familiar, pero sus condiciones son incluso peores porque, a un trabajo poco estable y cualificado se suma el peso de saber que si ella no mantiene a toda costa ese puesto laboral, dejaría de entrar dinero al hogar», dice Mónica Palomo, secretaria de la Mujer y Juventud de UGT.
Uno de los sectores más feminizados es el del servicio doméstico. Pero también en este tipo de empleo se han perdido puestos de laborales. Según datos del INEM, el año 2008 cerró con 119 mujeres más en las listas de empleo solicitando este tipo de puesto. «Tener servicio doméstico se convierte en un lujo y en muchas casas prescinden de estas trabajadoras», indica Mónica Palomo.
Pero incluso cuando la situación se vuelve insostenible y hay que echar mano de alguna ayuda social, son ellas las que acuden a los ayuntamientos o a las ONG para conseguir apoyo. Así lo confirma la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Málaga, Mariví Romero. «Es muy difícil cuantificar cuántas mujeres están actualmente sosteniendo la economía familiar, pero lo que sí está claro es que son ellas quienes buscan soluciones, aunque tengan que acudir a los servicios sociales».
Anselmo Ruiz, presidente de Cáritas en Málaga, también afirma que la mayoría de las solicitudes familiares que obtiene su entidad las firman las mujeres, sobre todo en las familias de mediana edad o de personas mayores. «Lo normal es que sean ellas quienes den la cara, sobre todo porque a los hombres les avergüenza pedir ayuda a una ONG; las nuevas familias usuarias de nuestras prestaciones son de clase media que nunca habían imaginado tener que pedir comida o dinero para pagar el recibo de la luz a Cáritas», asegura Ruiz. Sin embargo, continúa, a la mujer no le importa pasar por ese mal trago para mantener en lo posible la estabilidad del hogar. «Cuando hay hijos, la mujer toma la iniciativa en estos casos y acude adonde haya que acudir», dice.
En este sentido, la diputada de Igualdad, Paloma Alonso, indica que en estos tiempos la mujer está soportando una sobrecarga «que llega a afectar a su salud», a pesar de que los datos estadísticos no reflejen esta incidencia por el exceso de responsabilidades. Las tareas del hogar y el cuidado de los hijos se convierten en una doble jornada para ellas a la que se une la situación anímica de la familia cuando el marido tiene dificultades para encontrar un nuevo empleo. «La mujer se convierte en el principal punto de apoyo de su pareja y su fortaleza es la que hace sobrellevar la carga a la familia cuando se encuentra con el problema del paro», indica Victoria Rodríguez, de CC. OO. Una lucha constante para que la crisis económica no haga mella también en las familias que se ven afectadas y en sus proyectos de vida.