domingo, 8 de agosto de 2010

El miedo a perder el empleo reduce el número de bajas laborales fingidas

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El miedo a perder el empleo reduce el número de bajas laborales fingidas

Los inspectores de Salud aprecian un significativo descenso del 2% en los dos últimos años en estos intentos de fraude. Los sindicatos denuncian exceso de celo de la Inspección Médica, que dan el alta a trabajadores que no han terminado de recuperarse de sus dolencias

 
Las empleadas del servicio de habitaciones de hoteles son propensas a sufrir estrés en verano.
Las empleadas del servicio de habitaciones de hoteles son propensas a sufrir estrés en verano.  G. Torres
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IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA En tiempos de crisis económica, con lo que ha llovido y con lo que, según las previsiones de los expertos, queda todavía, conservar el puesto de trabajo es una riqueza. La mejor de las suertes. El miedo a perderlo se ha traducido en un descenso del número de bajas laborales fingidas. El servicio de Inspección Médica de la Consejería de Salud en Málaga aprecia un significativo descenso del 2% en los dos últimos años, coincidiendo con el apogeo de la recesión. Los denominados profesionales de la baja se lo piensan antes de arriesgarse a ser descubiertos y ser despedidos.


Los médicos de cabecera también están más concienciados y no firman tantos partes como antes. Es decir, ahora quien tiene un constipado, acude a su puesto provisto de pañuelos, cuando antes era probable que se pidiera la baja para recuperarse en casa. Así lo explica el director provincial de la Inspección Médica, Rafael Cuevas, que informa que durante el primer semestre de 2010 la Inspección ha efectuado casi 17.000 actuaciones o revisiones del estado de salud de trabajadores que se encontraban de baja por incapacidad laboral temporal. De ellos, el 46% fueron dados de alta y un 4,4% fueron propuestos al Tribunal Médico para que se les concediera la invalidez permanente.


La Inspección Médica advierte de que lleva a cabo seguimientos plurianuales de los trabajadores más absentistas, para detectar estos posibles fraudes. En la actualidad, la tasa de absentismo en el ámbito laboral se sitúa en la provincia de Málaga en un 4,5%. En algunas circunstancias, la baja en el trabajo también es utilizada como medida de presión (véase el caso de las sospechas de los controladores aéreos) o, precisamente, para evitar un despido.

Controles a los propios médicos
Pero Cuevas destaca, como una de las actuaciones más relevantes de la Inspección Médica durante este año, los controles realizados sobre los propios médicos de Atención Primaria. «Muchas veces, estos facultativos se sienten presionados por las familias o por los pacientes, a los que suelen conocer y optan por transferirnos a nosotros la consideración de conceder o no la baja a los solicitantes, convirtiéndonos así en los malos de la película», explica. «No nos importan y lo asumimos», reconoce. Entre enero y junio, los inspectores han entrevistado a 449 médicos de centros de salud.


Del mismo modo, según Cuevas, se han aumentado los controles de las bajas de corta duración, es decir, aquellas que duran menos de 30 días. «Hemos revisado 2.859 expedientes y hemos dado de alta a 1.608 personas que ya se habían recuperado y que no necesitaban apurar la baja», señala. «Al controlar estas bajas damos una seguridad de que los trabajadores que la cogen son realmente los que la necesitan de verdad», insiste el inspector jefe, que asegura que se trata de un requerimiento expreso del Ministerio de Trabajo.
Los sindicatos, sin embargo, sostienen que, en los últimos tiempos, la Inspección Médica peca de exceso de celo profesional. El secretario de Salud Laboral del sindicato de Hostelería de CCOO de Málaga, Vicente Martín, explica que muchos compañeros reciben el alta antes incluso de recuperarse totalmente de sus dolencias o estando aún a la espera de realizarse pruebas médicas. «Lo que está pasando con una serie de inspecciones es escandaloso y de juzgado de guardia», asegura.


Martín sospecha que se trata de una maniobra encubierta y motivada por los recortes por la crisis, para que la Seguridad Social se ahorre parte del dinero que asume de los sueldos de estos trabajadores con incapacidad laboral temporal. «Se está atentando contra los derechos de los trabajadores», denunció Martín, que señala que en verano, los trabajadores de la hostelería y los servicios, sufren tal carga de trabajo que aumentan los casos de estrés y ansiedad. «Hablamos, por ejemplo, de camareras de piso que tienen que arreglar cada mañana entre 20 y 25 habitaciones cada una», asegura.
Rafael Cuevas rechaza estas acusaciones, aunque es consciente de su existencia. «En más de una ocasión ya me he reunido personalmente con representantes de los sindicatos mayoritarios y ellos mismos han podido comprobar, tras estudiar caso por caso, que no tenían razón. Y que conste que comprendo que su obligación es defender a los trabajadores», concluye el director provincial de la Inspección Médica.


El sector servicios es, con la construcción, los que copan la mayoría de los expedientes de baja. Y el 80% estos se deben por enfermedades osteoarticulares y por síndromes ansiosodepresivos, cada vez más numerosos