[http://www.malagahoy.es/article/malaga/779408/unas/familias/esperan/malaga/la/ayuda/gobierno/para/volver/su/pais.html]
Unas 130 familias esperan en Málaga la ayuda del Gobierno para volver a su país
Cruz Roja asegura que el presupuesto del programa de retorno voluntario se ha agotado y que no pueden tramitar la salida de los inmigrantes que quieren volver a su país · Hasta junio se fueron 92 personas
Raquel Garrido / Málaga | Actualizado 01.09.2010 - 01:00
Luciana (nombre ficticio) es brasileña y, como tantos otros extranjeros, llegó a Málaga hace ya ocho años con su marido y su hijo en busca de una vida mejor. Pero la crisis económica truncó sus sueños y ahora espera con angustia poder regresar cuanto antes a su país. Pero al igual que ella, hay otras 130 familias en la provincia que de momento no podrán acogerse a las ayudas que hasta hace unos meses ofrecía al Gobierno central para facilitar a los inmigrantes el retorno voluntario a sus países de origen debido a que este programa está interrumpido desde mayo por falta de presupuesto.
El aluvión de solicitudes para abandonar el país que se produjo ante el anuncio del Ejecutivo colapsó las oficinas de entidades como Cruz Roja, encargadas de gestionar estas ayudas y que ahora se ven impotentes para dar una solución a estas personas que se han quedado sin trabajo y en la mayoría de los casos sin recursos. Patricia Chinchilla, responsable del programa de Retorno Voluntario e Inmigrantes de Cruz Roja en Málaga, aseguró a este periódico que hasta el año pasado "nadie quería regresar a su país y tan sólo nos llegaban casos muy puntuales de personas mayores que pedían volver".
Pero el agravamiento de la crisis provocó un boom que hizo que sólo durante el año pasado la Cruz Roja gestionara en la provincia la salida de un total de 398 personas. Hasta junio de este año, en cambio, únicamente han podido regresar a sus países 92 personas, ya que a partir de abril el Gobierno cortó el grifo de las ayudas. La mayoría de los solicitantes son argentinos y, en menor medida, brasileños y colombianos.
Ahora son 130 los casos que esperan una solución y la lista de espera no para de aumentar. Luciana, su marido y sus dos hijos han tenido suerte porque al menos harán esa espera más amena en el único piso que Cruz Roja dispone en la provincia para alojar a estas personas mientras se tramita su expediente. Su marido, que durante un tiempo consiguió ganarse la vida gracias al auge del sector de la construcción, se quedó sin trabajo y cada vez se les hacía más cuesta arriba mantener una familia con dos niños pequeños.
Sin trabajo, sin apenas recursos económicos y sin esperanzas, estas familias inmigrantes confían en que se retomen las ayudas del Gobierno para el pago de los billetes de retorno. Aunque la responsable de este programa de Cruz Roja en Málaga señaló que de momento no hay fecha prevista y que el presupuesto está "completamente agotado". Aún así, los expedientes de las personas que han solicitado la salida del país continúan tramitándose.
Hasta ahora, el plazo que Cruz Roja solía tardar en tramitar los billetes para que los inmigrantes pudiesen regresar a sus países de origen, una vez que obtenían el visto bueno del Gobierno, era de aproximadamente un mes como máximo.
Además, según explicó Chinchilla, los extranjeros podían optar a un máximo de 400 euros por persona para facilitar la reinstalación y a unos 50 euros también por persona para los gastos derivados del viaje.
Las ayudas de las que se encarga Cruz Roja son solamente para los inmigrantes en situación de vulnerabilidad social, es decir, aquellos que no tienen papeles y tampoco recursos para seguir adelante en España. Son las llamadas ayudas humanitarias cuyos requisitos son tener el pasaporte en vigor, llevar al menos seis meses en España y entregar una carta en la que sus familias se comprometan a hacerse cargo de ellos a su llegada al país de origen. Sólo en el caso de las familias con menores también es necesario entregar el libro de familia.
Con toda esa documentación, Cruz Roja debe elaborar un informe sobre la situación familiar o personal en cuestión cuyo visto bueno final debe estar consensuado con el Estado. La única obligación que deben acatar las personas que se acogen al programa de retorno voluntario es el compromiso de no regresar a España en un plazo de tres años.
El aluvión de solicitudes para abandonar el país que se produjo ante el anuncio del Ejecutivo colapsó las oficinas de entidades como Cruz Roja, encargadas de gestionar estas ayudas y que ahora se ven impotentes para dar una solución a estas personas que se han quedado sin trabajo y en la mayoría de los casos sin recursos. Patricia Chinchilla, responsable del programa de Retorno Voluntario e Inmigrantes de Cruz Roja en Málaga, aseguró a este periódico que hasta el año pasado "nadie quería regresar a su país y tan sólo nos llegaban casos muy puntuales de personas mayores que pedían volver".
Pero el agravamiento de la crisis provocó un boom que hizo que sólo durante el año pasado la Cruz Roja gestionara en la provincia la salida de un total de 398 personas. Hasta junio de este año, en cambio, únicamente han podido regresar a sus países 92 personas, ya que a partir de abril el Gobierno cortó el grifo de las ayudas. La mayoría de los solicitantes son argentinos y, en menor medida, brasileños y colombianos.
Ahora son 130 los casos que esperan una solución y la lista de espera no para de aumentar. Luciana, su marido y sus dos hijos han tenido suerte porque al menos harán esa espera más amena en el único piso que Cruz Roja dispone en la provincia para alojar a estas personas mientras se tramita su expediente. Su marido, que durante un tiempo consiguió ganarse la vida gracias al auge del sector de la construcción, se quedó sin trabajo y cada vez se les hacía más cuesta arriba mantener una familia con dos niños pequeños.
Sin trabajo, sin apenas recursos económicos y sin esperanzas, estas familias inmigrantes confían en que se retomen las ayudas del Gobierno para el pago de los billetes de retorno. Aunque la responsable de este programa de Cruz Roja en Málaga señaló que de momento no hay fecha prevista y que el presupuesto está "completamente agotado". Aún así, los expedientes de las personas que han solicitado la salida del país continúan tramitándose.
Hasta ahora, el plazo que Cruz Roja solía tardar en tramitar los billetes para que los inmigrantes pudiesen regresar a sus países de origen, una vez que obtenían el visto bueno del Gobierno, era de aproximadamente un mes como máximo.
Además, según explicó Chinchilla, los extranjeros podían optar a un máximo de 400 euros por persona para facilitar la reinstalación y a unos 50 euros también por persona para los gastos derivados del viaje.
Las ayudas de las que se encarga Cruz Roja son solamente para los inmigrantes en situación de vulnerabilidad social, es decir, aquellos que no tienen papeles y tampoco recursos para seguir adelante en España. Son las llamadas ayudas humanitarias cuyos requisitos son tener el pasaporte en vigor, llevar al menos seis meses en España y entregar una carta en la que sus familias se comprometan a hacerse cargo de ellos a su llegada al país de origen. Sólo en el caso de las familias con menores también es necesario entregar el libro de familia.
Con toda esa documentación, Cruz Roja debe elaborar un informe sobre la situación familiar o personal en cuestión cuyo visto bueno final debe estar consensuado con el Estado. La única obligación que deben acatar las personas que se acogen al programa de retorno voluntario es el compromiso de no regresar a España en un plazo de tres años.
