domingo, 26 de febrero de 2012

Aumentan los malagueños que trabajan en otras provincias

 
En plena crisis

Aumentan los malagueños que trabajan en otras provincias

Más de 52.000 personas tienen empleo fuera de Málaga, principalmente en Madrid y otras ciudades andaluzas

 
Aumentan los malagueños que trabajan en otras provincias
Aumentan los malagueños que trabajan en otras provincias 

UGT afirma que la desafortunada frase de aceptar ofertas «hasta en Laponia» esconde el deseo de la CEOE de limitar la prestación por desempleo.

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ Quizá no se vayan a la lejana Laponia, por parafrasear el desafortunado comentario del presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la CEOE, José Luis Feito, pero más de 52.000 malagueños trabajan como «emigrantes» en otras provincias españolas, repuntando un 9% en plena crisis y desarrollando un labor profesional que, en muchos casos, no encuentran en casa, según los últimos datos disponibles de movilidad laboral del Ministerio de Empleo. Y no son más porque la debacle del sector de la construcción ha cercenado casi de lleno el éxodo de trabajadores que acudían cada día a los tajos de obra en provincias limítrofes como Córdoba, Cádiz o Granada.

En el año 2006 se alcanzó un pico máximo de 106.000 contratos firmados por malagueños para trabajar en otras provincias, de los que 41.200 malagueños –o sea, cuatro de cada diez–, lo hacían para trabajar en el sector del ladrillo. Ahora, la cifra de «emigrantes» ha bajado a la mitad, y de ellas sólo 9.000 personas siguen viviendo del sector e la construcción. Madrid, Sevilla, Granada, Córdoba y Cádiz siguen siendo los destinos preferentes de los malagueños que conforman el flujo de salida laboral. La agricultura, los servicios y la hotelería son los sectores que más tiran de los malagueños a la hora de trabajar fuera de su lugar de origen.

La secretaria de Acción Social de UGT en Málaga, Auxiliadora Jiménez, afirma que estos datos demuestran que las críticas de una parte de los empresarios al supuesto inmovilismo de los trabajadores son «absolutamente infundadas» y tiene un objetivo más goloso: erosionar la imagen de los parados para cultivar un clima social que acabe en la reducción de las actuales prestaciones por desempleo. En Málaga, el gasto del Gobierno en prestaciones para pagar a los parados casi se ha duplicado desde los años 2005 y 2006, coincidiendo lógicamente con la escalada del desempleo, hasta rozar los 1.000 millones de euros en el año 2010.

«Un trabajador lo que quiere es trabajar, pero evidentemente por unas condiciones dignas y decentes. El mito del trabajador que no se quiere mover sólo responde al deseo de desmantelar el Estado del Bienestar. Además, habría que recordar que la prestación por desempleo no es una limosna ni una beneficencia sino un derecho generado por cada trabajador con su dinero», apunta.

La propia patrona CEOE ha matizado esta semana las declaraciones de José Luis Feito, señalando que la referencia a Laponia es coloquial pero reiterando que hay trabajadores que no aceptan determinadas ofertas de empleo que exigen desplazamiento, 

«No se refería a irse a Laponia, sino que, si un trabajo está acorde con nuestros conocimientos, es razonable y digno, hay que aceptarlo aunque implique movilidad, como ocurre en otros países. No estamos acostumbrados a la movilidad geográfica y hay que pensar en ello», comenta el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández.

Pero, ¿realmente existen tantas ofertas de empleo? Lógicamente, hablamos las que llegan a través del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), y que son las únicas donde se podría constatar el rechazo de la persona que está al mismo tiempo cobrando la prestación. Los datos facilitados por la Junta señalan que a lo largo de 2011 se han publicitada a través de las oficinas del SAE en Málaga un total de 18.200 ofertas de trabajo más otras 1.800 que han sido publicadas en la Oficina Virtual de este organismo.

El SAE cuenta con un equipo de técnicos encargado de recabar ofertas de trabajo en las empresas, que pueden decidir entre que su demanda se comunique a todo el colectivo de desempleados o sólo a un perfil determinado. En cuanto a la posibilidad de que el desempleado rechace una oferta de empleo adecuada, la percepción es que son casos son anecdóticos. UGT constata que el 99% de los desempleados quieren trabajar, siempre que las condiciones de la oferta laboral sean de cierta lógica. «Obviamente nadie se va a ir a Soria a trabajar a tiempo parcial por 400 euros», apunta Jiménez