sábado, 27 de marzo de 2010

Una ruta diaria por Málaga para encontrar empleo

El drama del paro

Una ruta diaria por Málaga para encontrar empleo

La Opinión acompaña a cuatro parados en una larga jornada de furgoneta para dejar currículos en las empresas. Al día visitan hasta 15 con la misma respuesta: "Ya les llamaremos"

 
Un itinerario para buscar empleo. Francisco Cano, Juan de Dios Coalla, Eduardo González y Andrés Sánchez recorren casi a diario la provincia para buscar trabajo.
Un itinerario para buscar empleo. Francisco Cano, Juan de Dios Coalla, Eduardo González y Andrés Sánchez recorren casi a diario la provincia para buscar trabajo.  Arciniega

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA La ruta del currículum. Ésa es la dura e ingrata senda que le queda a decenas de miles de parados en Málaga para sentirse día a día útiles y activos en la búsqueda de empleo. Peinar toda la provincia para dejar a todas las empresas un par de folios con la vida laboral se ha convertido en el que hacer diario de estos desempleados, que aunque no están muy esperanzados en recibir una llamada de respuesta con la ansiada oferta de trabajo sí aseguran que este trajín, por lo menos, les quita de "comerse el coco".

9.30 h. Málaga
Quedan en la Carretera de Cádiz, todos ellos ya desayunados para no hacer pausas que retrasen el recorrido. Lo primero, hacer una 'porra' para pagar la gasolina de Eduardo, el dueño de la furgoneta con la que esta mañana de jueves quieren recorrer algunos municipios del Valle del Guadalhorce para dejar currículos. "Son dos euros cada uno para gasolina, pero hoy no los traía y Eduardo me lo ha perdonado", bromea Juan de Dios.
Están ampliando el radio de acción después de haber peinado prácticamente toda Málaga capital: el Centro, los barrios, los polígonos de Santa Teresa, el Guadalhorce, el Viso, Trévenez, San Luis y hasta el Parque Tecnológico han sido cubiertos por los cuatro compañeros.
La noche antes, Francisco ha buscado en Google la dirección de todas las empresas interesantes y las ha anotado una libreta que, a falta de GPS, es su valiosa hoja de ruta. El currículum, sencillo, está hecho en sus ordenadores y fotocopiado en la papelería del barrio.
Tiran hacia Churriana donde el primer objetivo es Viveros Guzmán. "Gracias, ya le llamaremos" es la cordial pero anodina respuesta, tantas veces escuchada. Por el camino hallan un tajo de obra que no conocían. "Siempre sale alguna oportunidad de improviso, por eso es mejor traer muchos currículum, aunque me deje más dinero", señala Andrés. Caen varias paradas en empresas de vigilancia.

12.00 h. Alhaurines
Cubierta la zona, el grupo pone rumbo a Alhaurín El Grande, tierra también de viveros. La encrucijada de caminos en el Guadalhorce incluye muchas preguntas a los vecinos y alguna que otra pendiente difícil de remontar. Llegan al vivero Miguel y Paqui, donde el propietario –se supone que Miguel–, con mucha amabilidad recoge sus solicitudes. "¿Cómo está el tema?", preguntan. "La cosa está floja por el tema del temporal. A ver si arrancamos", reconoce el dueño del vivero, que les recomienda otros dos viveros donde preguntar, Casa de las Flores y Garden Center, en Alhaurín de la Torre.
En algunas de las pequeñas empresas donde paran, alguno, algo cansado de bajar y subir del coche le deja el currículum a un compañero para que lo lleve. "Yo sí que me bajo siempre. Creo que es importante que te vean por lo menos la cara, cometan animoso Juan de Dios. "¿De Málaga han venido ustedes", le preguntan sorprendidos los encargados de los negocios más recónditos a los que llegan.
Durante el trayecto en coche por el laberinto de carreteras de los alhaurines, la conversación es continua para que no decaiga el ánimo. "Echamos currículum por toda la provincia. No nos importan los kilómetros. Si nos llaman de Nerja o Estepona allá iremos. Lo que necesitamos es trabajar", señalan Eduardo y Francisco.
Cae un inesperado aguacero que hace más difícil las tareas de conducción. Además, las obras en la carretera que lleva a Coín, con interminables minutos de parada obligada, desesperan a más de uno. "Yo me iba ya para Málaga", insinúa Eduardo. "Que no, hombre, que en Coín echamos seis o siete en La Trocha", les responden los otros.

13.30 h. Coín
Entrando en Coín, la conversación en la furgoneta ha derivado hacia la política, dejando bien claro el hastío y el desengaño de estos parados hacia los partidos. "Yo, al que me diera un trabajo fijo, a ése lo votaba", deja escapar Eduardo, a pesar de que sólo cinco minutos antes aseguraba que la derecha "no la quería ni en pintura".
Para devolver la sonrisa a los pasajeros, Juan de Dios rescata una canción que tiene grababa en su móvil y que dice que la ha elaborado "un gitano de La Palmilla". La tonadilla habla de Zapatero y dice que ya le gustaría verlo a las seis de la mañana levantado con la obligación de buscarse la vida. "Oye, me la tienes que pasar por el bluetooth", le dice Paco.
Ya en Coín, paran en dos o tres viveros antes de llegar al centro comercial La Trocha. Allí dejan un par de currículos en el Supercor y en el servicio de vigilancia. Al final desisten de dejarlos en los comercios porque entienden que no dan el perfil. Son las 14.15 horas. A casa. ¿Ha ido bien el día? "Regular, hemos dejado ocho y hay días que caen 15. Pero es más difícil moverse por las carreteras que en Málaga, donde todo está más cerca", admiten. Mañana irán al polígono de la Estrella. La ruta no acabará hasta que encuentren empleo.