domingo, 17 de enero de 2010

Fwd: La misma angustia, 8 meses después


La misma angustia, 8 meses después

Dos familias en paro o con escasos recursos narran su lucha por sobrevivir

A. Recio / Málaga | Actualizado 18.01.2010 - 01:00
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José Miguel García y su mujer, Rosa María Prieto, en mayo del año pasado.

El 17 de mayo de 2009 este diario publicó un amplio reportaje sobre dos familias malagueñas que estaban en una situación desesperada. Los padres estaban en el paro, se les había terminado la prestación y tenían hijos a su cargo. Eran las historias de José Miguel García y su esposa, Rosa María Prieto, y la de Salvador Subire y su mujer, María Jesús Sánchez. Han pasado ocho meses y queríamos saber qué ha sido de estas personas. Si han conseguido o no levantar el vuelo. Lamentablemente, las noticias no son buenas.

José Miguel y Rosa María abrieron un bar-restaurante hace cinco años en el polígono industrial de Pizarra. La provincia estaba en pleno auge económico y se estaba construyendo el AVE. Las cosas iban bien. Tenían nueve camareros y servían hasta 120 comidas diarias. Llegó la crisis, muchas empresas se vinieron abajo y la obra del AVE terminó. Pasaron a ingresar apenas 300 euros diarios y tuvieron que cerrar. Para abrir el local pidieron un préstamo de 360.000 euros que ahora no pueden pagar. Les embargaron el restaurante y la casa, por lo que viven de alquiler junto a sus tres hijos de 4, 10 y 15 años. José Miguel no encontraba trabajo por ningún sitio y sólo obtenía algunas ganancias malvendiendo maderas o electrodomésticos del restaurante. Rosa María trabajaba cuatro horas de lunes a domingo en una panadería por 400 euros. Vivían gracias a la ayuda de sus familiares, en continuo agobio.

Ocho meses después "estamos prácticamente igual", afirma Rosa María. Su marido fue contratado por un restaurante en Navidad pero su contrato expiró ayer. Ella sigue ganando 400 euros en la panadería. "Hemos pedido ayuda a los servicios sociales pero no nos la han dado porque no coincidía nuestra dirección con el lugar en el que estamos empadronados". José Miguel incluso fue a un programa de televisión a pedir trabajo "pero nadie llamó". Su familia está siendo su principal apoyo. Les dan comida y les han pagado el alquiler de la casa hasta marzo, pero a partir de ahí, no saben qué ocurrirá.

Salvador Subire se quedó en el paro hace dos años, cuando la empresa de construcción en la que trabajaba como camionero se vio obligada a vender todos sus vehículos. A Salvador ya se le acabó hace meses la prestación y María Jesús sólo recibe una pensión de 300 euros, mientras que su hija menor, a la que mantienen, está en el desempleo.

Salía todos los días a buscar trabajo pero el sector de la construcción está totalmente paralizado. Sus 61 años tampoco ayudan. Han tirado hasta ahora de los ahorros -sólo una vez se fueron de vacaciones- pero su situación es cada vez más preocupante. "Sigo sin encontrar trabajo. Salgo a buscar pero si no es fácil para un joven de 20 años imagínese para mí, que cumplo 62 en febrero", explica. Salvador confía en que pueda jubilarse de forma anticipada tras haber cotizado durante 31 años, aunque eso conlleve que no cobre el 100% de la pensión que le correspondiera a los 65. Está en manos de abogados y recuperándose de una angina de pecho que le dio en agosto. Salvador y María Jesús reconocen que apenas salen a la calle para no encontrarse con amigos y, así, evitar cualquier gasto. Su único respiro es que, al menos, su vivienda ya está pagada.

Estas dos familias siguen siendo la cara más amarga de la crisis económica. La renta media por habitante en Málaga apenas supera los 11.500 euros, una cantidad ínfima pero que caería como agua de mayo a José Miguel, Rosa María, Salvador y María Jesús.