La oficina de Gamarra atiende hasta 2.000 personas diarias
Las instalaciones de esta barriada, las más grandes de España, reflejan la cruda realidad a la que se enfrentan miles de malagueños en plena época de crisis
JOSE TORRES. MÁLAGA Las cifras tienen justa fama de frías, sobre todo si hablan de más de 4.800 nuevos parados en la provincia de Málaga que se inscribieron el mes pasado en las Oficinas del Servicio Andaluz de Empleo. Pero más frío es el ambiente que se vive a primera hora de la mañana en cualquier oficina del Inem. Incluso en la oficina más grande de Málaga y de España (800 metros cuadrados), la de Gamarra, en el núcleo obrero de la ciudad.
Aunque las puertas abren a las 9.00 horas, la jornada comienza para muchos usuarios dos horas antes, cuando los más madrugadores ocupan los primeros puestos de una cola que más tarde doblará dos esquinas. El primer lugar lo ocupa Remedios, una joven auxiliar de geriatría de 30 años que viene a solicitar una de las nuevas ayudas por desempleo. Tras un año sin trabajar, esta mujer se muestra escéptica respecto a un futuro inmediato. "¿El panorama? Sólo tienes que mirar la cola", responde. Esta es la tónica general en un fila en la que prácticamente nadie entabla conversación. Sólo algunos se arrancan cuando, al abrirse la puertas, ven a otros intentando colarse. "Ni se te ocurra", advierte un hombre a un joven.
La primera avalancha es rápidamente aplacada por el personal de la oficina. Empleados, guardias de seguridad y el propio director distribuyen a los ciudadanos según sus necesidades para evitar confusiones, esperas inútiles o algún incidente. No obstante, uno de los responsables de la oficina se pone en el pellejo del ciudadano y asegura que es muy difícil que no haya incidencias: "El conflicto y la crispación existen, sobre todo cuando se agota la prestación social".
Esperas. Por ello, el objetivo de la oficina es reducir al máximo los tiempos de espera. Tanto es así, que la dirección de la oficina de Gamarra presume de sus servicios respecto al resto de administraciones. No hay tiempo que perder cuando hay que atender entre "1.500 y 2.000 personas de media diaria", según uno de los trabajadores del Inem. De esa cifra, entre 500 y 700 personas acuden a sellar la tarjeta del paro y otro pico (entre 300 y 400) se lo llevan las consultas de los ciudadanos sobre las prestaciones o las nuevas ayudas del Gobierno.
"Ya en menor medida, entre 100 y 150 visitantes hacen gestiones sobre incidencias detectadas con sus prestaciones, mientras que una cifra similar viene a conocer la oferta de empleo que ofrecemos", añade el empleado.
El resto acuden a inscribirse, a pedir información sobre cursos, a entregar contratos o a acceder a los trámites telemáticos y las consultas de trabajo a través de internet. Aunque el peor momento de trabajo se vivió hace un año, los empleados esperan una nueva "tromba" en noviembre, con la llegada de las nuevas ayudas del Estado.
