sábado, 17 de octubre de 2009

Los ángeles de la noche lanzan un grito pidiendo ayuda a los malagueños

Bienestar social. Se trata de una iniciativa creada y sustentada por particulares malagueños

Los ángeles de la noche lanzan un grito pidiendo ayuda a los malagueños

Han pasado de atender 30 personas sin techo diarias a cerca de 400. Les ofrecen cada noche una bolsa con alimentos y café o colacao caliente

 

Son los guardianes de los más desfavorecidos. Estos ´ángeles´ se erigen entre las sombras de la noche malagueña como refugio del débil, el desamparado, el desvalido y el indefenso. Son el calor, el abrazo y la mano amiga de aquellos a los que la vida, por diversas circunstancias, les ha golpeado duramente viéndose abocados a pernoctar en la calle.
Cuando Felisa Castro viajó a Milán y trasladó esta idea a Málaga para ayudar a los más necesitados no imaginaba la gran demanda con la que se iba a encontrar. La organización ´Los Ángeles Malagueños de la Noche´ comenzó su labor en el pasado mes de enero y ahora está desbordada. Distribuyen alimentos cada noche para los ´sin techo´ de la capital y los demandantes de comida van en aumento.
Antonio Meléndez, representante de este colectivo de voluntarios explica que han pasado de acudir a los lugares donde normalmente se instalan los indigentes y de repartir 30 bolsas diarias a distribuir 400 en una caseta fija. "Si cierran los comedores públicos nos podemos juntar con 500 personas reclamándonos algo que llevarse a la boca. A veces nos falta comida, por eso pedimos la colaboración ciudadana para poder atenderlos", dice.
Esta atención la prestan cada noche en una caseta emplazada entre los hoteles NH e Ibis de la capital, donde cada noche de 20.00 a 22.00 horas acuden una media de 400 personas de la calle que no tienen que comer. Cuentan además con la inestimable ayuda de Panrico y de las panaderías Margarita, La Espiga y Luque. "Preparamos 800 bocadillos cada día. Cada bolsa que repartimos contiene dos bocadillos, dos o tres magdalenas si hay ese día o algo dulce, dos yogures y, aparte, les ofrecemos o café o colacao calentito" indica Antonio.
A pesar de cualquier contratiempo y de las condiciones climatológicas de ese día, cada noche realizan estas labores de preparado de los bocadillos y reparto de comida de cinco a seis voluntarios. Y es que son conscientes de que no pueden fallarles. "Lo que más falta nos hace es embutidos y latas de atún. Cada vez viene más gente. Ahora acuden a nosotros criaturas que han perdido el trabajo y han acabado en el paro. Madres solteras, familias...el ´público´ es variado", dice.
"Yo le dedico a esto 14 horas diarias. Realizamos un llamamiento para que esto sea un proyecto de todos los malagueños. Que cada uno aporte lo que pueda. Me he volcado en los que más lo necesitan y, sinceramente, soy el hombre más feliz del mundo. Cada poco que se haga hace mucho bien", reseña este voluntario de ´Los Ángeles Malagueños de la Noche´.