lunes, 2 de noviembre de 2009

Más de la mitad de los ciudadanos no ahorran para cuando les llegue la jubilación

Más de la mitad de los ciudadanos no ahorran para cuando les llegue la jubilación

Según un informe, a la mayoría le resulta imposible permitirse un plan de pensiones

02.11.09 -
 
Adolfo Martínez, delegado provincial de la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc), lo tiene claro: «Cuando a duras penas se tiene para vivir, difícilmente se puede pensar en invertir para el futuro», dice tajante cuando se le pide que valore un informe que señala que seis de cada diez ciudadanos no logran ahorrar para su jubilación. La encuesta la firma el Observatorio de la aseguradora Caser y revela en sus conclusiones que cada vez son más los españoles que desvían sus miras de los planes de pensiones, productos diseñado para garantizar una vida postlaboral más desahogada en términos monetarios.
El porcentaje de personas que se declaran clientes de estos productos bancarios ha retrocedido cuatro puntos respecto a la cifra de 2008, por diversos motivos. Ocho de cada diez encuestados afirman que les es literalmente imposible. De este grupo, el 85% ponen la edad como excusa para no ahorrar, bien porque se consideran demasiado jóvenes o bien porque se ven excesivamente viejos. La confianza en los fondos de la Seguridad Social o la propia forma de ser de quienes se confiesan abiertamente poco previsores completan el listado de causas.
 
Ventajas fiscales
Y es que pese a que los planes son el producto de ahorro a largo plazo destinado a la jubilación más atractivo por sus ventajas fiscales, los expertos recuerdan que, como toda moneda, tiene dos caras. La positiva es que sus aportaciones se reducen directamente de la base imponible de la declaración de la renta con un límite de 10.000 euros anuales o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo. La negativa, como destaca Martínez, la configuran las dificultades para rescatar las cuantías invertidas. «Varitas mágicas no hay, por lo que antes de contratar un plan de pensiones conviene leer bien la letra pequeña y fijarse en las comisiones asociadas, por ejemplo, por rescatar el dinero anticipadamente en caso necesario», apostilla.
Además, en opinión del delegado de Ausbanc, el escenario económico actual -dominado por la resaca de escándalos financieros que han hecho que los consumidores pierdan las confianza en los mercados- también está frenando la demanda de estas herramientas de ahorro, como también lo están haciendo las incertidumbres fiscales que se ciernen sobre los planes, bajo la amenaza constante de un cambio de normativo.
Basta con repasar los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sus tablas arrojan que la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 24,3% de su renta disponible en el segundo trimestre de 2009, diez puntos más que hace un año, y su nivel más alto desde la serie histórica desde el año 2000. Conclusión: las familias intentan ser previsoras y guardar por lo que pueda pasar. Sin embargo, no confían en los planes de pensiones.
«No es que no se ahorre, sino que ese tipo de ahorro es cortoplacista»,sostiene el director de particulares Vida y Pensiones de Caser, Manuel Álvarez.
Respecto al 40% de ciudadanos que mantienen sus aportaciones para la jubilación, un 7,5 % reconoce que este año destinará menos. Al respecto, Álvarez señala que las partidas «razonables» se situarían entre los 1.500 y 3.000 euros anuales, dotación que realiza el 44 % de los encuestados.
El ladrillo es una gran hucha. Desde hace tres años, muchos bancos y cajas facilitan el 'martillo' para romperla: las denominadas hipotecas inversas, una posibilidad financiera a la que pueden acogerse los jubilados que dispongan de un piso con el objetivo de engordar su pensión.
Así, la gran baza de este producto es que ayuda a limar las dificultades económicas que soportan los mayores de 70 años, cuya pensión media ronda en Málaga los 713 euros. Así, a cambio de la vivienda, la entidad aporta una cuantía mensual al cliente que puede oscilar entre los 150 y los 1.500 euros según la edad del solicitante y el valor que tenga su propiedad en el mercado en ese momento. Llegado el fallecimiento del usuario, los herederos tienen dos opciones, o quedarse con el piso y restituir el crédito o vender la casa.
Pese a sus atractivos, la inmensa mayoría de la veintena de bancos y cajas que las ofrecen coinciden en que su contratación es «absolutamente residual».