lunes, 22 de junio de 2009

Alivio de desesperados

Alivio de desesperados

Cáritas recibe en el primer semestre del año un 50% más de peticiones de ayuda en su sede central · Los casos que asisten son cada vez más graves y las principales solicitudes son para el alquiler

Cristina Fernández / Málaga | Actualizado 22.06.2009 - 01:00
 

Francisco Jiménez, en la sede central de Cáritas Diocesana, con algunas solicitantes de ayuda.

 
En 2008 Cáritas Diocesana había agotado ya en junio su presupuesto anual destinado a ayudas. En previsión del desastroso año que se avecinaba, se aumentó la dotación económica para hacer frente a este 2009 y se pasó de 130.000 a 216.000 euros (sólo para los servicios generales). No obstante y a falta de datos de las Cáritas parroquiales, que hacen balance al término del año, en la sede central de la calle Fresca han aumentado en el primer semestre las peticiones de ayuda en un 50%. "Ahora vienen en más número y los casos son más graves", dice Francisco Jiménez, secretario general de la institución. Las principales solicitudes son para sufragar alquileres.

Encarnita Alonso es la responsable de Acción Social de Cáritas y afirma que "si el año pasado había gente sin trabajo pero con prestaciones por desempleo, este año algunos no tienen nada, ni las ayudas familiares, y están desesperados". Muchos, en un 72% de los casos son mujeres las que acuden a la institución, necesitan hacer frente al alquiler de su vivienda, otros -en menor número- a su hipoteca, y algunos incluso recurren a las ayudas para hacer frente al pago de los suministros básicos, como la luz y el agua.

"También tenemos muchos casos de personas mayores que mal vivían con pensiones bajas o, incluso, no contributivas, y que ahora tienen de nuevo en casa a sus hijos y nietos, aunque duerman en un pasillo. Hay otros que se han tenido que irse al albergue municipal durante una temporada o que necesitan alimentos porque después de pagar los gastos no les queda para nada más", subraya la responsable de Acción Social.

En esta profunda crisis los inmigrantes se llevan casi la peor parte. Un buen número de los que habían conseguido su permiso de trabajo y de residencia "lo están perdiendo porque no tienen un contrato de trabajo que les permita la renovación", añaden. Al perder su documentación y no encontrar un panorama muy alentador, "están mandado a sus familias a su país de origen y otros están pidiendo el retorno voluntario porque no tienen para afrontar los gastos, aunque las repatriaciones están tardando mucho, incluso más de seis meses, a pesar de tratarse de una solución de urgencia", lamenta Encarnita Alonso.

Muchos de los que cogen la mano tendida de Cáritas son "personas que estaban sobre el umbral de la pobreza, pero que vivían al día y sin la cobertura necesaria para afrontar una crisis como ésta, para buscar otro puesto de trabajo", comenta el secretario de la organización Francisco Jiménez. Pero también están aquellas familias "normalizadas", los "nuevos pobres vergonzantes, que no quieren que los vean en sitios como éste".

Ante esta situación, la entidad procura no ofrecer ayudas aisladas, sino un programa de acompañamiento a la familia. "Aparte de la ayuda financiera se imparten cursos de formación, se les ayuda a encontrar un trabajo, se les motiva para que se muevan", dicen desde la institución, que hacen visitas a domicilio y estudian caso a caso de manera absolutamente cercana.

En 2008 acudieron más de 21.000 familias que fueron atendidas por los 1.400 voluntarios y amparados por la solidaridad del malagueño. "La gente ha respondido muy bien aunque la demanda es mucho mayor", aseguran.