lunes, 1 de junio de 2009

El Ayuntamiento revisa las cuentas de las familias necesitadas para ayudarles a llegar a fin de mes

 
Los servicios sociales ofrecen un taller de economía doméstica para los hogares en riesgo
01.06.09 -
 
El Ayuntamiento revisa las cuentas de las familias necesitadas para ayudarles a llegar a fin de mes
Los servicios sociales ayudan a estas familias a reducir sus gastos revisando las cuentas del hogar. / ANTONIO SALAS
Para ellos, los números rojos en las cuentas bancarias son una realidad desde mucho antes de que la crisis llegase al resto de las familias. Malviven capeando las facturas y con la ayuda que puntualmente pueden ofrecerles familiares y amigos. Normalmente, son familias monoparentales, es decir, madres divorciadas o solteras con hijos a cargo que tienen que conciliar un trabajo que es el único sustento del hogar con el problema que supone educar solas a los niños.
Precisamente, los conflictos con los hijos adolescentes son muchas veces el detonante que les lleva a pedir ayuda. Antes, tratan de mantenerse haciendo malabares con su maltrecha economía. Pero cuando los hijos entran en la pubertad y exigen lo que ellas no pueden comprarles es cuando realmente estalla el problema.
Así lo explica Paqui Campos, psicóloga y monitora del aula de educación familiar de los servicios sociales del Ayuntamiento en la Carretera de Cádiz. «Tienen muchas dificultades, llegan cansadas a casa tras la jornada laboral y no tienen fuerzas ni ganas de ponerse a hacer cuentas ni a planificar la comida de mañana», dice. Pero su economía necesita un control estricto para llegar a fin de mes que muchas de ellas no saben llevar. Por eso, muchas llegan al día quince con el monedero vacío y recurren a los anticipos de salario de su empresa, cuando se lo permite, o a pedir préstamos a los conocidos.
Los gastos, a raya
En el aula de educación familiar, que trabaja diversos puntos como la autoestima, los conflictos con los hijos o la creación de normas en el hogar, también les enseñan a llevar la economía doméstica. «Aquí les pedimos que pongan en una lista los ingresos y en otra los gastos fijos del mes», indica.
Respecto a los consejos que dan a las familias, Campos pone un ejemplo ficticio en el que podrían reconocerse muchos hogares. Se trata de una familia de tres miembros: una madre, un hijo adolescente y otro menor. El sueldo de la cabeza de familia no llega a los mil euros. Si a esto le restamos 600 euros del alquiler, 50 de comunidad, 15 de agua, 60 de luz y 15 de gas, al final quedan sólo 260 euros para vivir. El problema, es que lo habitual es que en los gastos fijos se incluyan también otras facturas que son más cuestionables: móviles para cada miembro de la familia, internet, tabaco... Al final apenas disponen de cien euros para la comida y los gastos imprevistos.
«Les convencemos de que tienen que eliminar los teléfonos y quedarse sólo con uno, de que Internet puede usarse en una biblioteca y de que el tabaco se tiene que reducir», dice Campos. Así, se va reduciendo la cuenta y pueden afrontar el mes algo más desahogados.
Para Mariví Romero, concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Málaga, en estos momentos el taller de planificación familiar es el más importante de todos los que se realizan en el aula de educación familiar. Y los consejos que ofrecen los profesionales a estas familias en riesgo de exclusión social también pueden aplicarse a muchos hogares en los que la crisis y el desempleo están llevando la economía al límite.
«Muchas veces atendemos a familias a las que sólo les quedan 90 euros para todo el mes y tenemos que elaborar un plan urgente para estirar al máximo ese poco dinero mientras buscamos alguna ayuda para ellos», señala Romero, que añade: «Lo primero que hay que hacer es reeducar a las familias para que valoren lo indispensable de lo prescindible».