domingo, 22 de febrero de 2009

Sobre el bulo de los chinos!!!

22.02.09 -


El bulo de las ayudas
A los bazares se suman tiendas que, como esta de Rosa Moda, usan un nombre español, aunque su propietario es oriental. / CARLOS MORET
El bulo que se ha extendido como la pólvora entre los comerciantes españoles sobre que los comerciantes chinos no pagan impuestos durante los primeros años no es cierto. Así lo confirma la concejala de Comercio, Purificación Pineda, quien asegura que estos establecimientos tienen que cumplir los mismos requisitos y se les vigila igual que cualquier otro, desde los impuestos hasta las licencias de apertura. «Sabemos que existe la creencia de que están exentos de impuestos o que no se les controla del mismo modo que a los demás, pero no es cierto», señala. Lo que sí tienen es libertad de horario según un decreto de la Junta de Andalucía para los comercios de menos de 300 metros cuadrados. Para los mayores a esta superficie, sólo se establece la obligación de cerrar domingos y festivos. El único acuerdo comercial que existe entre ambos países, según fuentes del Ministerio de Exteriores, surge para evitar la doble imposición, es decir, para que a los comerciantes chinos no les cobren impuestos también en su país y que los españoles establecidos allí puedan pagarlos en China, aunque este mismo convenio se mantiene con otras muchas naciones.
Javier Urruchi, que tiene una papelería en la calle Héroe de Sostoa, rompe una lanza en favor de los orientales. «Son una competencia salvaje para nosotros, pero nadie impide al resto de los locales que hagan como ellos y que trabajen tantas horas; además, el problema es de los clientes, que olvidan que nosotros ofrecemos más calidad y terminan comprando en estas tiendas», dice.
Por su parte, Pineda asegura de que es hora de que el comercio tradicional también se adapte a los nuevos tiempos. «Si estos negocios han conseguido triunfar es porque sus horarios se adaptan mejor a la vida de las familias de ahora; el comercio tradicional podría plantearse invertir en más personal para abrir al mediodía o los sábados por la tarde y captar a otro tipo de compradores», indica.
Por su parte, los comerciantes chinos, reacios a hacer cualquier declaración, sólo indican que a ellos la crisis les afecta igual que a todos. «Las ventas han caído a la mitad», asegura Shui Min, de la tienda Wang Shen. Su secreto no es otro que perseverancia y mucho esfuerzo.